
Tras años de disputa, idas y vueltas, hubo acuerdo. El Gobierno porteño confirmó que las travestis que habitualmente trabajaban en El Rosedal de Palermo accedieron a mudarse a una zona cercana al Lawn Tennis Club. El nuevo circuito cumple con la ley que establece que la oferta de sexo en la calle debe realizarse a 300 metros de las viviendas.
Funcionarios del Ministerio de Espacio Público se reunieron durante dos horas con representantes de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina (ATTTA). Tras el encuentro, llegó la confirmación: la primera zona roja oficial de la Ciudad estará ubicada en la plazoleta Florencio Sánchez, detrás del Hipódromo y junto al club de tenis.
"Vamos a hacer cumplir la ley que dice que las travestis tienen que estar a 300 metros de viviendas. Hoy en El Rosedal eso no se cumple", dijo esta mañana en declaraciones radiales el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Entre 100 y 200 travestis trabajan desde 2005 en el Rosedal y reciben alrededor de 3.000 clientes por noche. La actividad generó enérgicas protestas de los vecinos, que hace años vienen reclamando el traslado.
En julio pasado, el subsecretario de Áreas Protegidas de la Ciudad, les dio la razón y prohibió la prostitución en ese paseo, basándose en el Código Contravencional, que establece que la oferta y demanda de sexo debe realizarse a más de 300 metros de casas, iglesias, templos y escuelas.
En ese sentido, Rodríguez Larreta explicó hoy que "se decidió el traslado porque en El Rosedal están a unos 50 metros de viviendas". Y aclaró que la Comuna "no le está dando una plaza" a las travestis, sino que "les está diciendo la zona donde pueden ofrecer sexo cumpliendo con la ley".
Cuando se lo consultó sobre la posibilidad de que las travestis reciban cursos de educación sexual, dictados por el propio Ministerio de Salud porteño, el funcionario dijo desconocer el dato. "No sé nada de eso", aseguró.
Una mudanza complicada
El año pasado, el por entonces subsecretario de Áreas Protegidas, Javier García Elorrio, prohibió a las travestis ofrecer sexo en el Rosedal, zona de protección histórica. Si bien la medida nunca llegó a hacerse efectiva, vecinos y travestis habían acordado que estos últimos se ubiquen en la calle Carlos Casares, por detrás del Planetario.
Pero para la Asociación Travestis Transexuales Tránsgénero Argentina (ATTTA) 100 metros era muy poco: por eso, pidió que la zona se extendiera por la calle Belisario Roldán (detrás del Velódromo y frente al Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial) hasta Figueroa Alcorta. Este nuevo cuadro de situación no convenció a los vecinos.
Así se llegó a la ubicación que se pretende en la actualidad, destino tampoco aceptado por los habitantes del lugar.