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jueves, 7 de febrero de 2008

Hola Bienvenidos y Bienvenidas al Primer Blogs de Información de la Comunidad Trans de Nicaragua

El Transexualismo es un problema poco atendido y estudiado. Se trata de un trastorno poco frecuente en la población pero no por ello irreal.

Un hombre transexual es aquella persona que pertenece psíquicamente al género masculino a pesar de haber nacido con anatomía de mujer.
Una mujer transexual es aquella persona que pertenece psíquicamente al género femenino a pesar de haber nacido con anatomía de hombre.

1 de cada 30.000 personas nacidas con genitales masculinos y 1 de cada 100.000 personas nacidas con genitales femeninos, son transexuales.

Un estudio de varios expertos de la Universidad de Ámsterdam (Zhou, Hofman, Gooren y Swaab) es calificado como la mayor evidencia de que existen infinidad de similitudes estructurales y neuroquímicas entre el cerebro de las personas transexuales y el cerebro de las personas del sexo con el que se sienten identificadas.





También existen interesantes evidencias en numerosos estudios sobre animales que demuestran que una exposición a hormonas del sexo contrario durante el desarrollo pueden producir comportamientos relacionados con el sexo contrario.

Los cromosomas o los genes son nuevas vías que quizás den respuestas en el porvenir.

Sea como fuere, atrás quedan las viejas ideas acerca de que los transexuales tienen un comportamiento condenable o digno de ser rechazado. La transexualidad, Disforia de género o Síndrome de Benjamin, es pues un problema de identidad, nunca relacionado con la delincuencia o el vicio, ni tiene relación alguna con la vida sexual de la persona. La cuestión de la transexualidad ha ido evolucionando en los últimos años, modificándose muchos conceptos que se refieren a la identidad sexual.

Las personas transexuales, hoy por hoy, se encuentran en una situación que queda muy bien definida por lo que, en su día, dijo Yliana Sánchez: “El verdadero problema del transexual, hoy, no es que esté atrapado en un cuerpo equivocado. El verdadero problema del transexual, hoy, es que está atrapado en una mentalidad social equivocada”.

En estas páginas te invitamos a conocer la realidad Transexual .

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antes que nada que es la Transexualidad? :



Generalmente, el ser humano no se plantea el problema de saber cual es su identidad de género. No hay disociación entre esta y su género anatómico de nacimiento. Pero en ocasiones sucede que existe un conflicto entre el género al que pertenece el cuerpo y aquel al que pertenece el cerebro. Las personas que han nacido bajo esta circunstancia se llaman transexuales.

Transexual es pues la persona que encuentra una seria y profunda disconformidad entre su sexo psicológico y los demás caracteres sexuales. El transexual sabe que su cuerpo pertenece a un género y su cerebro a otro. No esta loco ni es un farsante, es plenamente consciente de su dicotomía. El transexualismo es una realidad, no producto de su imaginación.

Todos hemos oído hablar de personas transexuales:

April Ashley , modelo estadounidense.
April Ashley , modelo estadounidense.
Dana Internacional. Ganadora del Festival de Eurovi
sión 1997.
April stadounidense.
Karen Dior, actriz estadounidense.
Karen Dior, actriz estadounidense.
Karen Dior, actriz estadounidense.
Dana Internacional. Ganadora del Festival de Eurovisión 1997.
Dana Internacional. Ganadora del Festival de Eurovisión 1997.
Dana Internacional. Ganadora del Festival de Eurovisión 1997.
Dana Internacional. Ganadora del
Festival de EurovDana Internacional. Ganadora del Festival de Eurovisión 1997.
in 1997.
Jamison Green. Abogado y conocido activista transexual.
Jamison Green. Abogado y conocido activista transexual.


Jamison Green. Abogado y conocido activista transexual.
Alex Whihnnon. Periodista británico.
á
David Harrison. Actor británico.

Todas estas personas nacieron con el sexo contrario al que reflejan estas fotografías

¿Por qué tomaron este camino en sus vidas?

¿Por qué optaron por un camino tan duro que les habrá acarreado no poco sufrimiento?




Una explicación a éste fenómeno podría comenzar así:

“Imagínese que Ud. Se despierta una mañana y se encuentra en el cuerpo del género opuesto”

Así se siente un transexual.
Mujer transexual antes y después del tratamiento


Los transexuales a veces expresan sus sentimientos de ser diferentes en términos de “vivir una mentira”. Si es que hay un fraude involucrado en el hecho de ser transexual, es el fraude perpetrado por el transexual mismo antes del tratamiento. La persona que completa el tratamiento es en sí el objeto real. El o ella ha dejado atrás una vida de engaño e infelicidad. A pesar de los grandes obstáculos, él o ella ha florecido como la persona que siempre ha sido.

“La naturaleza cometió un error, que he corregido, y ahora soy vuestra hija”.

(Carta de Christine Jorgensen a sus padres. New York 1952)



Los transexuales explican haberse sentido del otro género desde siempre. En el estudio de su infancia se distingue que ya de niños tienen una conducta propia del sexo opuesto, aunque ellos todavía no son conscientes de lo que les sucede. Después, ya en la adolescencia pueden tener periodos en los que se esfuerzan por comportarse según su sexo biológico, esforzándose por olvidar su problema. Ante la imposibilidad de mantener esta conducta por demasiado tiempo, esta estrategia termina fracasando irremediablemente.



Estas personas comparan sus sentimientos a algo parecido al ser ubicado en un rol para el cual no están preparados, por ejemplo, el tratar de ser el héroe cuando en realidad están mejor interpretando a la heroína. Sin embargo para ellos es necesario el adaptarse para sobrevivir. Ellos tienen que aprender sus líneas y actuar su parte. Palabras y conductas que están ajenas a su naturaleza les son forzadas en razón a su apariencia física. Eventualmente, como todo actor que mantiene un rol en una actuación de larga trayectoria, ellos aprenden a manejar su papel. Aprenden a recitar las líneas, seguir las direcciones del escenario, y ser hombres o mujeres muy convincentes sin necesidad de tener ni que pensar en ello.

El problema está en cuando dejan el escenario, cuando se quedan solos consigo mismos, y saben que ese papel no es el indicado para sí mismos. Ellos saben quienes son en realidad. No desean otra cosa que ser ellos mismos, pero no se pueden quitar los vestuarios y disfraces y llevar una vida normal, ya que los disfraces son en realidad sus propios cuerpos.



El hecho de ser mujer y vivir con cuerpo de hombre, o al contrario, resulta insostenible desde cualquier punto de vista. Para comprender esto basta con ponerse en el lugar de la persona que padece esta circunstancia y ser sinceros con nosotros mismos. Lo actitud generalizada cuando una persona se halla ante un trastorno importante, es la de poner solución al problema echando mano de los medios disponibles que la ciencia va poniendo a nuestro alcance. Gracias a la investigación estos medios cada vez son más eficaces a lo largo de los siglos.

La persona transexual corrige la disociación que sufre su mente con su cuerpo poniendo acorde una con el otro mediante lo que comúnmente se conoce como “cambio de sexo”. El término correcto es Reasignación o Afirmación de sexo, ya que ese proceso no supone un cambio para la persona, sino la reafirmación o afirmación de lo que siempre ha sido. Existe ya una experiencia importante en el seguimiento de casos de transexuales con operación de cambio de sexo. Esta cirugía ha ayudado a un número importante de ellos/as a ser más felices y llevar una vida más productiva. Por ello, se la considera justificada en personas muy motivadas, correctamente diagnosticadas de transexualismo, con un medio social y laboral estable y que han pasado la prueba de vivir desempeñando un rol de sexo opuesto durante un tiempo prudencial, que puede ir desde 1 a 2 años.

El Dr. Harry Benjamín ((1885-1986), fue el primero en proponer un tratamiento hormonal a estos pacientes, y gracias al cual, la personas transexuales pueden hoy día, encontrar una armonía entre su cuerpo y su mente. En homenaje a este médico alemán el transexualismo lleva también el nombre de Síndrome de Harry Benjamín.

Fotografía publicada con la autorizacion de su autora, Lynn Conwan. Tomada en 1973.
Dr. Harry Benjamin


Los transexuales se someten a una intensa evaluación y consejería psicológica. Este proceso no es para convencer al sujeto de renunciar a su transexualismo, sino para determinar la viabilidad del drástico e irreversible proceso de reasignación de género. Por ejemplo, si la persona no es realmente un transexual, pero en vez de eso esta sufriendo de un cuadro de homosexualidad egodistónica, los efectos del tratamiento pueden ser devastadores. Un travesti mal aconsejado, quien es normalmente feliz viviendo en el rol de su género físico, pero que tiene la compulsión de funcionar ocasionalmente en el rol del otro género, puede ser muy infeliz por una reasignación de sexo permanente. Por lo tanto, un transexual debe de ser evaluado por un consejero psicológico experimentado para estar seguro de que el transexualismo es el tema real. Una vez que el diagnóstico de transexualismo esta confirmado, es cuando comienza la parte médica del tratamiento.

La persona que entra en esta fase del tratamiento es por lo general llamado “transexual pre-operado”. El tratamiento hormonal gradualmente va ayudando al transexual a despojarse de su disfraz, lo que le ayudará a adentrarse en su “rol” y adaptarse a la sociedad en la que ella/el considera ser su lugar correcto. (el género dual utilizado acá es para reconocer la existencia de transexuales tanto de hombre a mujer como de mujer a hombre, y NO para insinuar una identidad género dual por parte de estos individuos). Después de un tiempo que puede ser desde varios meses a varios años, el transexual públicamente acepta su nuevo rol de género. Los servicios de consejería psicológica continúan durante todo el período de terapia hormonal, para ayudar al transexual a des-aprender el rol que ha tenido por tantos años. Hay muchas situaciones traumáticas comprometidas. El transexual necesita no solo aprender el nuevo rol, sino también el aprender que esta bien el estar en él.

La mayoría de los protocolos de reasignación requieren que el individuo viva y se desenvuelva en su nuevo rol por un mínimo de 12 a 18 meses antes que la cirugía de reasignación de género le sea autorizada. Esta fase se denomina “Test de vida real” o RLT (por sus siglas en inglés) Tanto el paciente como el consejero psicológico deben estar convencidos de que la cirugía será de ayuda y no dañina. Es entonces que el terapista primario refiere al paciente a un segundo médico, generalmente un psiquiatra, para otra evaluación para confirmar que la cirugía es apropiada. Solo entonces un cirujano de reputación aceptará al paciente. La cirugía de reasignación de género es un proceso irreversible. Debe realizarse con extrema precaución. La profesión médica americana ha adoptado una posición conservadora en lo que es tratar al transexualismo con terapia hormonal y cirugía de reasignación de género. Sin una evaluación psicológica y psiquiátrica competente, ningún médico o psiquiatra competente y con ética prescribiría terapia hormonal. Sin ambas mencionadas evaluaciones, ningún médico de prestigio realizaría la cirugía de reasignación de género. Estos rigurosos requerimientos están orientados a asegurar que aquellos individuos que cambian su sexo no lo hagan por inestabilidad mental, sino que esta persona haya demostrado totalmente su estabilidad mental en el rol de género que psicológicamente le corresponde.

Si la decisión de reasignarse de sexo es consistente, debería ser respetada. El transexual, como es lógico, busca métodos con los que mejorar su vida y solucionar en medida de lo posible la cantidad de problemas que le ocasiona este conflicto. La reasignación de sexo permite a los pacientes ser ellos mismos viviendo en el rol de género que se corresponde con su identidad sexual.

Cuando uno conoce a un transexual, está conociendo a la persona que sabe como amar, sabe como valorarse a sí misma y como resultado, sabe como amar y valorar a otros. ¿Cuántas personas “normales” pueden demostrar esta distinción?

que Hacer ?

Obtener consejo. Lo más razonable sería hacerlo a través de su médico, sin embargo también puede hacerlo a través de una línea de soporte o un grupo de apoyo. Debe ser muy cuidadoso cuando busque un consejero, ya que un consejo erróneo puede ser extremadamente perjudicial. Intente encontrar un consejero cualificado y experimentado, preferiblemente uno con experiencia en tratar con pacientes con problemas de identidad de género.

El asesoramiento le ayudará a descubrir:
- Si es usted -o no- un verdadero transexual.
- La mejor forma de proceder.

Esto se hace mediante muchas y diferentes pruebas con distintos especialistas médicos entre los que se encuentran psiquiatras, neurólogos, ginecólogos y urólogos.

Una vez usted descubra su diagnóstico, si realmente se trata de Transexualidad, deberá conocer y asimilar su problema y todo lo que éste conlleva y significa, así como conocer las dos alternativas que se ofrecen a su vida a partir de ese momento.

Dichas alternativas son:

- No reasignarse, continuar su vida como hasta el momento si usted, y sólo usted, considera que es lo más adecuado.
- Reasignarse y vivir con el género al que usted psicológicamente pertenece, si usted, y sólo usted, considera que es lo más adecuado.

A partir de este momento, sea cual sea la decisión que tome, debe ser usted únicamente quien decida qué hacer con su vida.

Debe tener en cuenta, y todas las personas que le rodean, que nadie debe decidir por usted en un sentido o en el otro. La transexualidad es algo mucho mas profundo de lo que en un principio los familiares y amigos creen. Los consejos del estilo “opérate” o “no te operes” son de tal frivolidad –tanto de un lado como del otro- que las personas que los hacen deberían contar hasta 1000 antes de abrir la boca para decirlos.

Muchas de las personas que le quieren, le aconsejan con la sincera intención de ayudarle, de intentar evitar que cometa un grave e irreparable error en su vida, o simplemente buscan hacer algo para que usted sea mas feliz diciéndole lo que ellos harían de estar en su caso. Todas las personas que conocen y quieren a una persona transexual, deben saber que es a los psiquiatras y psicólogos a quienes corresponde realizar el trabajo de consejería y orientación. Un consejo desde el amor y el cariño, siempre es bienvenido; pero el “obligar” al transexual a reasignarse de sexo o a quedarse como está, no sólo le llevará al rotundo fracaso –no lo dude- sino que además puede alejarle de esa persona, puede multiplicar sus problemas, o lo que es peor, causarle un daño que usted en ningún caso quiere causar.

La persona transexual necesita el apoyo y cariño de los que le rodean pero solo él o ella puede decidir qué hacer o qué no hacer con su problema. Si usted quiere ayudarle, no le presione, no le coaccione, no intente que se sienta culpable o responsable de lo que le pasa, no le haga reflexiones morales respecto a su circunstancia o a la decisión que tome, no haga que su dolor y sus dificultades se multipliquen. Corre usted el riesgo de perder para siempre a esta persona o de inducirla a hacer -para bien o para mal- algo que no quiera hacer, con lo cual le estará condenado al más rotundo fracaso.

El transexual aprende con sus consejeros que él solo arrastrará las consecuencias de dicha decisión, para bien y para mal. Por ello, es imprescindible que reflexione cuidadosamente ambas alternativas y decidir la mejor de forma libre y responsable.

¿Qué hago una vez tengo en la mano un diagnóstico de Transexualismo?

- La psicoterapia pueden ayudar a decidirse.
- La experiencia de otros que pasan por el mismo problema puede ser de una gran ayuda, aunque debe tener en cuenta que no necesariamente debe tomar la misma decisión que otro.
- Existen organizaciones para apoyar y ayudar a personas transexuales. Al final de esta página hay una lista con algunos posibles contactos.

Si esta absolutamente seguro de que la reasignación es el camino correcto, deberá continuar el camino viendo a un endocrino. . Puede hacer esto privadamente o a través de la Seguridad Social.
Su endocrino le pedirá hacer distintas pruebas y análisis para comprobar su estado de salud y si éste es compatible con el tratamiento. Si esto es así, le recetará su receta para comenzar un tratamiento hormonal. Deberá vivir en el nuevo rol de género por lo menos durante un año. Esta etapa de tiempo es lo que se llama Test de la Vida Real y antes de que cualquier cirugía tenga lugar, el Test de la Vida Real debe tener la aprobación de los psiquiatras.

El siguiente paso serán las cirugías. Para ello será aconsejado por su médico o en asociaciones.

El último paso será el cambio de nombre y sexo en todos sus documentos.

Usted debe saber que, dado que las cirugías genitales no están todavía perfeccionadas, en su proceso de cambio puede saltarse las operaciones genitales sin que ello impida que sea reconocido legalmente reasignado. Ante esta limitación existen otras alternativas como son las prótesis. En esta web encontrará información suficiente acerca de ellas.

que significa :


¿Qué significa ser transexual?




La Transexualidad es un problema de enorme trascendencia. La existencia de la persona transexual se ve trastocada en prácticamente todos los ámbitos de la vida. Además del sufrimiento que genera el problema en si, está el rechazo social y en muchas ocasiones incluso familiar hacia la persona que lo padece.


En ocasiones los familiares confunden el problema con la homosexualidad y llegan a aceptar que se trate de eso, pero rechazan por entero que esa persona pertenezca en realidad al sexo contrario cuando ellos están seguros de haber traído al mundo una hija, o un hijo varón. En un primer momento se preguntan que está sucediendo y si su hijo sencillamente no estará loco.


Este rechazo se debe en la mayor parte de los casos a la ignorancia acerca de esta condición y a las leyendas negras que la rodean, así como a la desconfianza en los profesionales que la tratan, temiendo que lo hagan por hacer fortuna o que pertenezcan a alguna especie de secta peligrosa. Otras veces el rechazo se debe simplemente a la vergüenza, o a sentimientos de culpa o responsabilidad. Y también se dan los casos en que los familiares dicen aceptar a la persona pero siguen utilizando su género anatómico para dirigirse a él/ella, o de alguna forma le hacen el vacío, algo que esta persona detecta perfectamente.

Para una persona transexual, operada o no operada, la relación con personas que siguen hablándole en su género biológico a pesar de conocer el problema, es totalmente superficial y desagradable. Por eso siempre tomará distancia con ellas, se traten de quien se traten. No puede haber actitud más desafortunada en el trato con transexuales que el uso de su género biológico para el trato con ellos. .

El niño transexual detecta que tiene un problema y advierte perfectamente la incomprensión familiar hacia el mismo. Así este niño puede reaccionar muchas veces de forma impulsiva sin que los padres entiendan por qué, ser demasiado nervioso/a e incluso conflictivo. El pequeño crece con sentimiento de culpa o temor a que se le recrimine por su conducta, sabe que es diferente y se siente alterado al no poder definir cuál es el problema ni entender por qué siente tanto desasosiego.

Al informarse acerca del adolescente transexual, no espere encontrar a un chico o a una chica con un buen currículum académico -aunque evidentemente existan casos- ¿lo sería usted si se sintiera encerrado en un cuerpo del género contrario al suyo?. Su problema traerá consigo la desmotivación y desconcentración lógica, así como la falta de tranquilidad necesaria para el estudiante. Si a esto sumamos la lucha interna por huir del enorme peso que supone la realidad, una y otra cosa desembocan con casi total seguridad en el fracaso escolar si no en cosas peores.

La adolescencia es una de las etapas más difíciles en la vida de una persona. Para los transexuales, como para todo el mundo, esa etapa supone descubrirse a sí mismos, pero con una diferencia: ellos descubren que están atrapados en un cuerpo que no les corresponde según su género psicológico. El joven transexual descubre que sus senos crecen, aparece el período y sus órganos genitales no dejan lugar a dudas: es una mujer “¿qué me pasa?”. La joven transexual descubre como poco a poco el vello hace aparición por su rostro, la voz ha cambiado como la de sus hermanos varones y cada vez que mira sus genitales le resulta evidente que es un hombre “pero en mi interior soy una mujer”.
Están encerrados en su propio cuerpo.
Durante la adolescencia además comienza la atracción sexual hacia las personas del otro género, esto es muy penoso para el transexual ya que no puede aspirar a que el sexo contrario se fije en él -o ella- como lo que realmente es. Esta circunstancia les ocasiona vergüenza, frustración, desolación, malestar, amargura.

La reacción ante cualquier problema depende de cada persona, unos pueden reaccionar aislándose, otros haciéndose rebeldes, pero el denominador común de las personas transexuales es el saber a ciencia cierta que si lo mencionan serán juzgados, así que ocultaran su problema durante todo el tiempo que les sea posible a fin de protegerse. La soledad acompaña al transexual durante todas las etapas de su vida: él solo debe descubrir lo que le pasa, él solo debe asumir las repercusiones de su problema, él solo debe tomar la decisión de qué hacer con su vida, él solo debe explicarse, protegerse y defenderse.

El adulto transexual, ha aprendido que es distinto y que su diferencia está mal vista. Llegado ya a este momento de su vida tiene muy afectada la autoestima y además probablemente padezca de depresión aunque sea leve. Su vida transcurre con creciente desesperanza, frustración y sensación de fracaso. Se siente solo, encerrado en su propio cuerpo y responsable del dolor que su rareza pueda ocasionar a todos los que le rodean. Con toda seguridad ya ha acudido al psiquiatra, que en muchas ocasiones –hoy en día ya cada vez menos- intentará hacerle cambiar su convicción. La constante incomprensión con la que se encuentra una y otra vez van sumiéndole en la impresión de que su destino está relacionado con la desdicha y comienza a padecer anhedonia, ya no es capaz de disfrutar de las cosas hermosas que se presentan en su vida. Un proyecto de familia o el matrimonio son para él -o ella- quimeras, sueños inalcanzables, a no ser que lo hagan con una persona de su propio sexo psicológico, lo cual a todas luces es algo impensable –excepto para los homosexuales, lo que no es el tema aquí-.

Las consecuencias sociales y laborales no precisan ser mencionadas porque de sobra son conocidas por todos: la marginación y el rechazo son la tónica general a la hora de buscar trabajo, ya que su aspecto suscita desconfianza o miedo. A esto debemos añadir que el transexual que ha realizado el cambio a veces pierde el apoyo familiar, con lo cual se encuentra en la calle, sin techo y sin trabajo, abocado al mundo de la marginación (alcohol, drogas, prostitución).

El transexual que no se reasigna (no cambia de sexo) corre el riesgo de caer en una depresión crónica, si no una enfermedad peor, derivada del enorme desequilibrio y angustia que genera el que su sexo psicológico sea diferente a su sexo anatómico. El transexual reasignado (cambia de sexo) debe ser muy consciente de todos los cambios que supone su decisión, y sopesar los posibles efectos secundarios, así como reunir el valor suficiente para entrar en quirófano varias veces y hacer frente a la reacción social que, con toda seguridad, en algunos casos, será de rechazo e incomprensión ante su profunda necesidad de reasignar su sexo.

En lo que se refiere a las familias de las personas transexuales, según los datos que tenemos, hoy en día la mayor parte de ellas, afortunadamente, acaban ofreciendo apoyo y ayuda.

En resumen, el trastorno de la transexualidad no es un trastorno grave. Los resultados de los cuestionarios de psicopatología (MMPI) demuestran que las personas transexuales están notablemente libres de psicopatología mayor. Por otra parte encontramos rastros de transexuales a lo largo de toda la historia de la humanidad. Por lo tanto, las instituciones, o personas, que persisten en una actitud de marginación o transfobia, alegando que todo ello se trata de una perversión, un capricho o una simple intención de llamar la atención; cometen un error de justicia gravísimo y colocan su particular piedra en un muro que la historia, así como la ciencia y la justicia del ser humano, se ocuparan de derribar más tarde más temprano.


La transexualidad en la historia








El fenómeno de la transexualidad está reflejado en todas las culturas y a lo largo de los tiempos.
Existen infinidad de documentos o relatos míticos o históricos, o alusiones de todo tipo, que hacen referencia y sugieren la existencia de transexuales en la historia de la humanidad. En unas sociedades se les ha idolatrado, en otras se les ha marginado y rechazado.
En la cultura grecorromana, encontramos por ejemplo la escultura de Ovidio, expuesta en el Museo del Louvre de Paris.
La diosa Castalia, en la mitología griega era comprensiva y accedía “a los deseos de las almas femeninas encerradas en cuerpos masculinos.”
En la Roma antigua, existían unas personas nacidas con cuerpo de varón, que decidían su género y autocastraban sus genitales masculinos. Eran las sacerdotisas Gallae.
El filósofo judío Philo de Alejandría (20 a.C.-50 d.C.) describió ciudadanos romanos varones que invertían grandes sumas de dinero para cambiar su naturaleza masculina en femenina.
Ovideo, poeta de la antigua Roma, contempla todos los cambios de cuerpo posibles en su poema “Las Metamorfosis” sugiriendo de forma bastante clara el deseo de algunas personas de su época de cambiar de sexo.
El emperador romano Heliogábalo (218-222 d. C.) afirmaba sentirse mujer. Este llegó a pedir a sus médicos que le practicasen una cirugía para cambiarse de sexo.


Ya en la Edad Media tenemos incluso referencias de transexualidad dentro de la misma Iglesia Católica. Por ejemplo a Santa Wilfrida, cuya leyenda dice que pidió a Dios el poder convertirse en hombre y le fue concedido.. Asimismo, San Onofre pidió a Dios que le hiciera varón, y su cuerpo se masculinizó. Del Papa Juan VIII (sucesor de León IV) siempre han corrido rumores de que biológicamente había nacido mujer aunque se hizo pasar toda su vida por varón, historia que fue censurada varias veces por la Inquisición. También podemos mencionar casos bastante evidentes como el de Juana de Arco (1412-1431) que fue ejecutada por la Inquisición además de por brujería, por llevar constantemente ropas de hombre y comportarse como varón en todo momento.
Tampoco desaparece el rastro de los transexuales en la historia cuando pasaron a ser considerados como desviados. Ni cuando fueron convertidos en delincuentes (se les aplicaba la Ley de vagos y maleantes). Ni cuando fueron descritos como enfermos mentales.

Miles de personajes de todos los tiempos y todos los ámbitos sociales, han nacido transexuales. Entre ellos se encuentran médicos, filósofos, abogados, telefonistas, peluqueros, mecánicos, militares, artistas, empresarios, científicos, farmacéuticos, profesores, políticos, fotógrafos, fontaneros, deportistas, etc.


El primer caso público de una persona transexual sometida a un cambio de sexo fue Christine Jorgensen, militar americana, operada con éxito en 1953.

Por nombrar otro de los muchos casos conocidos mencionaremos a Lynn Conway, reconocida científica en el mundo de la informática, que no reveló su transexualidad hasta que estuvo segura de haber triunfado con sus descubrimientos.

Otro personaje de nuestros tiempos es Dana Internacional, ganadora del festival de Eurovisión en el año 1997 representando a su país, Israel. Como dato curioso diremos que aquel año, por primera vez, eligió el público.


Indudablemente las personas transexuales han existido siempre, y en todos los lugares del mundo.
Debemos tener en cuenta que los resultados de los cuestionarios de psicopatología (MMPI) demuestran que las personas transexuales, están notablemente libres de psicopatología mayor tales como la esquizofrenia, el trastorno obsesivo-compulsivo o el trastorno bipolar. Es pues inútil insistir en que la transexualidad es un capricho, una moda o una perversión del individuo. Por el contrario se hace cada vez mas necesario la investigación seria y el poder ofrecer tratamientos multidisciplinares y globales por la sanidad publica a fin de mejorar la calidad de vida de estas personas.



Los relatos de las vidas de transexuales a lo largo de la historia son posiblemente lo más ilustrativo que hay publicado en páginas sobre la temática transexual.

El trabajo de Isabel Rico es excelente. Muy lejos quedan artículos mediocres siempre con un fondo morboso acerca del sexo, de carnicerías quirúrgicas, de vidas perversas y oscuras, o de personajes callejeros sin dignidad ni ambición. Todo ello basura y ciencia ficción. Los transexuales somos ciudadanos normales y corrientes a los que cada vez nos indigna más oír tantas barbaridades sobre nosotros.

A lo largo de los siglos ha habido transexuales en todos los países del planeta, por lo tanto la transexualidad en ningún caso puede tratarse ni de una cuestión cultural, ni de una moda. Todos ellos han luchado por su identidad, ni más ni menos lo que haría la población general si naciera en el género que no siente como suyo.

Lo que está haciendo Isabel es, al fin, un testimonio de la realidad: cantidad de vidas humanas, hombres y mujeres, que por ser transexuales han tenido existencias muy difíciles, muy duras, vidas de soledad y marginación, muchas veces condenados a prisión y, siempre, en todas las épocas, privados de sus derechos y sometidos a la desconfianza de unos y a la curiosidad morbosa de otros.

La investigación en busca de personas transexuales que han vivido a lo largo de los tiempos, así como la indagación dentro de sus vidas, es importantísima para los transexuales que vivimos hoy. Desde grandes científicos conocidos en el mundo de la ciencia hasta ladrones y timadores “de prestigio”, pasando por santos y religiosos: miles de personas han nacido transexuales a lo largo de los siglos, y todos han vivido bajo su verdadera identidad, a pesar de la Santa Inquisición, de los cabezas rapadas, de la Ley de Vagos y Maleantes, de Mahoma y los musulmanes, y de las mismísimas llamas del infierno.

si tu conoces a una persona Transexual:

Ante todo trátanos como tratas a cualquier otra persona. No nos tengas miedo ni pena. Habla de cualquier cosa como harías con cualquier otra persona y no te preocupe nuestra condición transexual para poder relacionarte de forma natural con nosotros.


Si aún te estas acostumbrando es normal cometer errores. No atraigas más atención al hecho con mil disculpas. Sólo corrígete de inmediato y continúa con lo que estabas diciendo.

Si me identifico como varón, nunca uses palabras femeninas como muchacha, chica, guapa, mujer, senos, pechos, vagina, etc. para describir cualquier cosa sobre mí, y viceversa. Utiliza siempre el lenguaje que corresponde a mi género mental.



Una mujer transexual es mujer (MTF), un hombre transexual hombre (FTM), nunca hagas puntualizaciones de mal gusto que puedan herirme, recuerda que para mi ya es bastante duro, y ayúdame.

La identidad del género no tiene nada que ver con la orientación sexual. De entrada no me consideres homosexual porque eso no tiene nada que ver con mi transexualidad.

Recuerda siempre que si me “cambio de sexo” no es para ser más guapo/a, sino para ser yo mismo y poder incorporarme a la vida con mi verdadera identidad. No es preciso que me digas que estoy guapo/a por el simple hecho de ir notando mis cambios.

No esperes que me conforme a los estereotipos de mi género. Usaré la ropa que me guste y tendré los intereses que me atraigan. El ser masculino o femenino no tiene nada que ver con ser hombre o mujer. Entre los transexuales existen mujeres mas masculinas que otras y hombres mas femeninos, al igual que los hay entre la gente que no es transexual.


Ten siempre en cuenta que el ser transexual no es una opción o una decisión. Es una realidad. La única “decisión” tomada es el permanecer como estoy o cambiar mi cuerpo para estar acorde con mi mente (lo que se conoce comúnmente como cambio de sexo).

No hables abiertamente sobre mis genitales o partes privadas más de lo que hablarías sobre las partes de una persona no-transexual. El hecho de que haya pasado por un proceso poco común no da derecho a hablar de mí como un bicho raro o un experimento.

No hagas bromas de mal gusto sobre mi condición transexual. Para mí, esta circunstancia ha sido traumática y la he llevado lo mejor que he podido. Mis mejoras físicas y psicológicas son fruto de una batalla que gano todos los días de mi vida. Respétame como te gustaría que te respetara a ti de estar en mi caso.

No me pidas que te enseñe mis genitales. Por ser transexual no tengo nada raro o que pueda extrañarte. Lo que si tengo es tanta dignidad como la pueda tener cualquiera.

Entierra para siempre la relación entre mi problema y el sexo, el vicio o la pornografía. Por ser transexual no tengo un apetito sexual diferente al de cualquiera ni soy mas promiscuo de lo que puedas ser tu mismo. No olvides que tengo tanta dignidad como me otorga mi condición de ser humano y no me gusta que te tomes más confianzas conmigo en ese aspecto de las que tendrías con cualquier persona que no sea transexual.

No asumas de inmediato que pasar un proceso de reasignación de sexo o de género (CRS/SRS) es mi único interés en la vida. Las personas transexuales amamos, sentimos, nos preocupamos, luchamos, nos caemos y nos levantamos como cualquiera. Además de mi transexualismo, nos importa la familia, los amigos, el trabajo, el estudio, la política, la naturaleza, la religión, y un sinfín de cosas mas, como a todo el mundo.


Deja de lado de una vez y para siempre la idea de que estoy aquí para causar shock o para atraer atención. No soy una persona egoísta. Soy un ser humano como cualquier otro. Tengo el derecho de estar sano física y mentalmente, y de vivir mi vida con plenitud en mi género auténtico.

Nunca menciones mi nombre anterior, ni preguntes cuál era. Escuchar ese nombre refiriéndose a mi me causa dolor pues es del género contrario al que mi cerebro pertenece. Cada vez que me llamas por ese nombre anulas mi identidad y levantas un muro entre tu y yo. Cada vez que me anulas me das la sensación de que no quieres conocerme o de que no consideras mi sufrimiento digno de ser tomado en serio. Ante esto me apartaré de tu lado cuanto me sea posible y siempre intentaré ponerme a salvo del dolor que me causas.


Pídeme permiso antes de mostrar fotos tomadas previas a mi transición.

No me avises cada vez que veas un documental o una película sobre transexuales en la televisión sólo porque yo lo soy. ¡Yo ya sé muy bien lo que es ser transexual! . Hazlo solo si crees que es algo que en verdad me interesaría ver.

No te refieras delante mía a una persona que no es transexual como “un hombre o una mujer de verdad,” “un hombre completo,” o “una mujer real.” El hecho de que mi cuerpo físico y mi género no estén en armonía no significa que sea una persona falsa o menos real.

No me confundas con un trasvesti. Cuando dos cosas tienen nombres distintos es porque son diferentes.



No me confundas con los Drag queens.

No me trates como si fuera un esquizofrénico o un paranoico. Toda persona transexual tiene un documento escrito que señala que no padece ninguna enfermedad mental. El diagnóstico del transexual es Transexualismo, Transexualidad o Disforia de Género, no otro.

No me trates como si fuera un cretino. Que mi apariencia física pueda ser mas o menos extravagante no significa que yo no me de cuenta y no sufra por ello. Repito que tengo un problema y lo llevo lo mejor que puedo.

Cuando te refieras a mis operaciones no digas “te vas a quitar los pechos” o “te vas a poner pechos”. Me estoy haciendo reconstrucción del pecho, o masculinización/feminización del pecho.



No hagas bromas de mal gusto del estilo ¿has escogido ya el color del pene?” etc. Incluso si no tienes intención de hacerme daño, me lo haces, ya que das la sensación de que para ti todo este asunto -lo que más ha marcado mi vida– es un espectáculo.

Si no te gusta como soy, no lo comprendes o eres incapaz de aceptar mi problema o mi cambio, no vayas por ahí hablando de mí como si fuera un delincuente o una mala persona. Limítate a mantener las distancias conmigo y yo no iré a molestarte. Si te pido esto no es para que colabores en mi felicidad, sino porque podrías poner en peligro mi vida. Existe en el mundo con mucha agresividad y violencia hacia personas como Nosotrsos y nosotras .

Recorda que no ha sido fácil para mí llegar a esta decisión, y que nunca te pediré nada mas que una sola cosa: ¡respeto!.

Gracias

y si tu eres Transexual:
A continuación le detallamos una serie de consejos que le serán de ayuda en caso de ser usted una persona transexual.

Si necesita hablar con otras personas puede hacerlo pinchando aquí. En este lugar encontrará a otras personas transexuales dispuestas a compartir con usted parte de su tiempo, a hacer amistad y cambiar impresiones.

A lo largo de esta página web encontrará respuesta a muchas preguntas. Concretamente le aconsejamos consultar las siguientes hojas:

- El médico responde.
- Transexualidad masculina.
- Transexualidad femenina.



Es importante que si usted comienza una Reasignación de Sexo tenga en cuenta varios puntos e inicie una disciplina que no debe saltarse jamás:

- Hágase con una carpeta que guardará en su domicilio. A esta podremos llamarla Carpeta de Transición. En ella ordene y guarde cuidadosamente todos y cada uno de los informes médicos y administrativos que vaya recopilando a lo largo de su Reasignación. Estos son: análisis, ecografías, todos los certificados y pruebas médicas, recetas y certificados administrativos.

- Hágase fotos periódicamente y guárdelas también en su Carpeta de Transición.

- Registre su voz periódicamente y guarde los discos en su Carpeta.

- Conserve en su poder una copia de la Ley de Identidad de Género publicada en el B.O.E. n. 65 de 16/3/2007. Puede encontrarla pulsando aquí.

- Anote cada uno de los cambios que vaya observando, sin omitir aquellos que no le gusten.

- Si lo encuentra interesante anote sus sensaciones:

> Mejora en la calidad de vida
> Integración social
> Cómo se siente despojándose de su disfraz.
> Cambios de humor debido a los primeros meses con hormonas.
> Reacciones externas ante sus cambios y como estas le influyen psicológicamente.

- Anote cómo es su relación con los profesionales que le van tratando:

> ¿Conocían el tema y estaban informados cuando usted entro por primera vez en la consulta del médico?
> ¿Se siente usted atendido como es debido tanto a nivel de salud como administrativo?
> ¿Se siente como un conejillo de indias?
> ¿Ha dado con profesionales que cree que son oportunistas?

- Igualmente anote todas aquellas circunstancias que considere extraordinarias:

> ¿Desde que ha comenzado su cambio sufre o ha sufrido transfobia?
> ¿Como persona transexual reasignada se siente usted amparado/a y protegido/a por la justicia?

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